Cariñosas fueron las demostraciones que a la simpática artista Matilde Verdecho hicieron el jueves último, noche de su beneficio, los concurrentes a la función. Aplausos entusiastas y bonitos regalos recibió la beneficiada. Interpretó como ella sabe hacerlo la cual salió airosa en el Chateaux Margaux y estuvo muy bien en Las hijasdel Zebedeo en cuya zarzuela cantó y a instancias del público dos veces, unas carceleras con gran expresión y delicadeza.

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Al serle presentados los regalos le fué arrojada desde el paraiso una paloma blanca, y de varias partes del teatro una lluvia de papeles conteniendo al siguiente poesia que fué leida por el señor Gil.