Esta cantante argentina, que ha actuado, según parece, en el Teatro Colón de Buenos Aires, se presentó en la Sala Mozart con una serie de arias y canciones que componían un programa poco atractivo para nuestros gustos, con sus fragmentos operísticos de caduco estilo y sus obras de lucimiento vocal pero de escasa musicalidad. Incluso dio a conocer Nostalgia, de la propia artista, que tenía las mismas características deplorables y anacrónicas. Su voz bastante volumincea, sin duda puede merecer buenos aplausos en otras actuaciones. En el concierto, esa escuela efectista ha pasado de moda; cada vez tiene menos interés. Y es una lástima, porque Lia Stuart podría de otro modo aprovechar mejor su entusiasmo y sus facultades.